En Ergos UP, donde mayormente hablamos de prevención de riesgos laborales (PRL), somos conscientes de la importancia de conocer bien cualquier tipo de exposición en las empresas con el objetivo de poder evitar que un peligro desencadene en accidente. Por eso sabemos que cuanta más información tengamos sobre riesgos laborales, más fácil será gestionar su prevención.

Para llevar a cabo una correcta gestión de la PRL en una empresa, una de las primeras cosas que hay que hacer es evaluar el entorno. Lógicamente no hay los mismos peligros en una fábrica textil que en una consultoría informática. Cada tipo de trabajo y sector requiere un análisis que nos ayude a establecer medidas de prevención, por eso es tan importante el uso de un buen software de prevención de riesgos laborales, para poder almacenar toda la información sobre nuestros empleados, entenderla, analizarla y sacar conclusiones.

Es tarea del responsable de salud y seguridad laboral de la empresa no solo el detectar las posibles amenazas, sino el trazar un plan y una estrategia para evitar accidentes en el puesto de trabajo. Además, cuando se abre un nuevo escenario, como por ejemplo el teletrabajo, puede llegar a ser más difícil tomar determinadas acciones que protejan al trabajador, por eso siempre hay que tener clara la tipología de los riesgos laborales a los que tenemos que hacer frente.

Los riesgos laborales más conocidos

De entre los siete tipos de riesgos laborales que vamos a ver en este artículo, hay dos que son ampliamente conocidos por prácticamente cualquier persona, ya que la mayoría de trabajadores son susceptibles de sufrirlos, en mayor o menor medida.

Riesgos físicos

Su nombre parece no dejar lugar a dudas, pero no siempre es tan fácil. Aunque los riesgos físicos están –obviamente- relacionados con el cuerpo humano, hay que tener claro qué circunstancias los producen.

Entre los principales riesgos físicos encontramos la temperatura y condiciones meteorológicas (especialmente en trabajos expuestos al aire libre), el ruido (puede llegar a provocar problemas auditivos), la iluminación (una falta de luz puede acarrear serios problemas a medio y largo plazo, o incluso fatiga en profesiones relacionadas con el transporte de vehículos) y las vibraciones (producidas por máquinas y que pueden tener diversos efectos sobre las personas).

Riesgos psicosociales

Las prisas del siglo XXI sin duda han hecho que los riesgos psicosociales asciendan hasta cifras preocupantes. Las causas más habituales de este tipo de amenazas son el la fatiga laboral y el estrés, considerado uno de los principales problemas de salud laboral de nuestros tiempos.

El futuro de la prevención de riesgos laborales –sobre todo si tenemos en cuenta el auge del teletrabajo- pasa por una acertada detección y gestión de los riesgos psicosociales, que en algunos sectores amenazan con ser las más comunes para muchas empresas.

Otros tipos de riesgos laborales a tener en cuenta

Riesgos ambientales

Empezamos hablando de los únicos riesgos laborales que escapan totalmente al control de cualquier empresa: los ambientales. Son ajenos a las acciones humanas. Suceden en casos de fenómenos naturales que pueden acabar en catástrofe (inundaciones, incendios, terremotos). Aunque son imprevisibles, es necesario tener una estrategia para ejecutar en caso de que sucedan.

Riesgos biológicos

Hasta hace un par de años, seguramente hubiéramos limitado este tipo de riesgos laborales a hospitales, centros sanitarios y laboratorios. No obstante, por desgracia, la pandemia del COVID-19 nos ha puesto a todos en alerta sobre las amenazas que puede causar un virus. También se incluyen en este grupo los peligros provocados por bacterias, hongos o parásitos.

Riesgos químicos

Son más frecuentes de lo que inicialmente podemos creer. Se trata de amenazas que nacen de procesos químicos en combinación con el ambiente, es decir, por ejemplo, una alergia producida por la inhalación de algún producto de limpieza.

Riesgos mecánicos

Son peligros relativamente fáciles de detectar: se trata de aquellos incidentes que puede causar una máquina o equipo, ya sea un corte, un golpe o una quemadura. En determinadas empresas, según el trabajo que desarrollen, representan una amenaza realmente alta.

Riesgos laborales ergonómicos

Estas amenazas, que hacen principalmente referencia a malas posturas corporales (también a movimientos repetitivos o a levantamiento de pesas) están ahora en auge: el hecho de que muchas personas teletrabajen y no dispongan de un equipo necesario para ello puede desencadenar en daños físicos. Por este motivo, los departamentos de salud laboral deben hacer un esfuerzo adicional para fomentar una postura corporal correcta en aquellos empleados que optan por trabajar en remoto.

Tras estos siete tipos de riesgos laborales podemos encontrar cientos de amenazas concretas, que lógicamente varían con cada sector, empresa e incluso con la ubicación y tamaño de la misma. Precisamente por ese motivo, la PRL debe saber gestionar la complejidad de estas amenazas y usar la información de forma positiva para proteger a los empleados de su empresa.

La apuesta de las empresas por programas de gestión de prevención de riesgos laborales es cada vez mayor, aunque según los sindicatos parece que la pandemia ha agravado las deficiencias en la gestión de PRL. Los nuevos escenarios surgidos como consecuencia del COVID-19 están acelerando el proceso de cambio empresarial y, si hay algo que hemos aprendido en los últimos meses en todo el mundo, es que hay que cuidar la salud por encima de todo.